Premio CERES a la mejor caracterización
Finalistas de los premios del Teatro Rojas de Toledo
MEJOR ACTOR PROTAGONISTA Y MEJOR ESPECTÁCULO.
Con motivo del trigésimo aniversario la Compañía. Morboria ha decidido volver a dar vida a El burgués gentilhombre de Molière después de 20 años. Fue el primero de los textos clásicos que ha llevado a escena la compañía en estos 30 años de trayectoria y por el que Eva del Palacio, su directora, obtuvo el premio Ágora a la Dirección Revelación en el Festival Internacional de Almagro, en julio de 1995.
Desde entonces se han sucedido mas de 50 espectáculos de todo tipo y nos hemos convertido en expertos y fanáticos de Molière, con cinco montajes de sus grandes obras, lo que nos ha dado reconocimiento, premios y aplausos.
Es pues la ocasión de celebrarlo por todo lo alto con todos Vds. y de la mano de Jean Baptiste Poqueline Molière, con esta comedia llena de juego y divertimento para la que el equipo de artistas de Morboria, sin escatimar en gasto y esfuerzo, crearan un espectáculo fastuoso lleno de ritmo, color, música y baile, con referentes en el Music Hall, el circo, la danza, esgrima, canciones y música.
El burgués gentilhombre de Molière, obra maestra de la comedia ballet del siglo XVII francés, escrita por encargo del rey Luis XIV, para las fiestas que tuvieron lugar en el castillo de Chambord, el 14 de octubre de 1670. Ha sido representada con éxito, a lo largo de los siglos en muchos países y desde 1680, figura en el repertorio habitual de Comedie Française.
Cuando en 1995, la compañía Morboria la puso en escena, la obra llevaba sin representarse en España casi 40 años según la Sociedad General de Autores de España. Después del éxito obtenido con el montaje de la compañía Morboria, con más de 200 representaciones, esta comedia volvió a estar presente en el repertorio de otras compañías españolas en estos últimos 20 años.
Un espectáculo que sirvió de entretenimiento al Rey Sol y a la corte más refinada y espectacular de Europa. Una pieza teatral, una comedia ballet con un carácter cómico, una comedia ballet con un repertorio e cantables y bailables, una obra maravillosamente cómica dónde la música, danza, pantomima y poesía están incorporadas a la acción. Una obra antológica, en donde todas las situaciones, todos los efectos cómicos, todos los trazos de observación y lenguaje se reencuentran y fusionan para el divertimento.
Decía Molière «cuando vas al teatro y ves una tragedia, te involucras, participas, lloras, lloras, lloras y luego te vas a tu casa y dices: ¡Qué bien he llorado hoy! Y duerme relajado. Mientras que para reírse hace falta inteligencia, agudeza ¡En la carcajada se te abre la boca, pero también el cerebro y en cerebro se te elevan los clavos de la razón!»
Argumento
El burgués gentilhombre describe la ignorancia social de un burgués enloquecido por emparentar con la aristocracia, con profundo sentido del humor crítico. La obra trata sobre el mundo del engaño y la apariencia, de la incorporación a la sociedad de los llamados nuevos ricos. Hoy algunas cosas no han cambiado tanto y los nuevos ricos de nuestro tiempo son aceptados en las más altas esferas sociales, a golpe de talonario y sin importar la cultura o los fines sociales que hoy por hoy no son más que amasar más y más fortuna.
La nobleza del señor Jourdain y por lo que nos emociona y nos inspira ternura y por su afán en aprender, en tomar lecciones de todo lo necesario para ser una persona instruida en las artes de la nobleza. También hoy se utilizan cursillos acelerados y asesores de todo tipo para estar a la altura de las circunstancias, pero se hace evidente la falta de preparación, cultura y sensibilidad de muchas de las personas que se encuentran en puestos de relevancia y que además hacen alarde de ello en todos los medios de comunicación, poniéndose en evidencia.
El tema de aparentar está hoy a la orden del día. No hay pudor para nada, cualquiera que haya publicado un librillo es escritor, una colaboración en una película te convierte en actor, cualquier persona sin fundamento se permite ser crítico…
Mas cruel resulta en este siglo, ver como profesores, licenciados, doctores, gentes preparadas y cultas se ven obligadas, para subsistir, a desempeñar trabajos para los que no hace falta su preparación. Hoy El burgués sigue recordándonos que las apariencias, aunque sean de diseño, son inútiles: «que hay algo de bajeza cuando se encubre la condición que el cielo nos ha dado y que el mundo está plagado de ignorantes con maneras de divinidad»